Mi viaje por el running y el trail
Mi historia con el running comenzó después de una lesión de rodilla durante un partido de rugby, un deporte que había practicado durante más de 15 años.
En ese momento, también trabajaba como modelo, y esa lesión de ligamentos me obligó a alejarme de los deportes de contacto y a buscar una nueva forma de moverme.
Correr comenzó como una rehabilitación, pero rápidamente se convirtió en algo mucho más grande.
Nunca olvidaré la sensación de terminar mi primera media maratón en Staten Island, Nueva York, tan solo seis meses después de mi lesión.
Esa carrera lo cambió todo. Me recordó que el movimiento podía ser libertad y que era posible empezar de nuevo.
Solo cuatro meses después, me inscribí en mi primera carrera de trail: 100 km en tres días. Siempre le digo a la gente: “No hagan lo que yo hice”, pero esa experiencia fue el comienzo de un nuevo capítulo. Fue donde descubrí el poder de las montañas, el silencio y el tipo de esfuerzo que te enseña paciencia y humildad.
Después de tres años compitiendo por todo el mundo, me di cuenta de que lo que más me gustaba no era solo correr, sino la conexión con la naturaleza. Fue entonces cuando decidí convertirme en guía de montaña profesional, convirtiendo mi pasión por la resistencia y la exploración en una forma de vida. Desde entonces, he completado más de 50 carreras de montaña y ultradistancia por el Himalaya, los Alpes, los Andes, la Patagonia y los desiertos, y he escalado montañas de más de 6000 metros. Cada experiencia me ha enseñado que el rendimiento no se trata de perseguir la velocidad, sino de comprenderse a uno mismo, respetar el proceso y disfrutar del viaje.